miércoles, 11 de marzo de 2009

SEDA





Le irritaba el tono de superioridad manifiesta con el que le estaba hablando. Sentado frente a ella no perdía ocasión en marcar las distancias desde su posición de jefe. Por unos segundos una maliciosa idea apareció en su mente, lo había visto en alguna ocasión mirándola a hurtadillas y detenerse más de lo necesario en la seda de sus piernas.
No lo dudó…el primer cruce de piernas le provocó un temblor apreciable en la voz, con el segundo dio por finalizada la charla

1 comentario:

macuera dijo...

y yo me pregunto... no tendrá que ver este tema, indirectamente, con las miradas concupiscentes del señor presente el lunes en la entrega de premios (mientras cierta persona andaba hacia él) vamos, me pregunto...