martes, 25 de mayo de 2010

La Mujer del Cristal y el Hombre sentado en el Banco de Madera


















No se colocó voluntariamente detrás ,es sólo,que el cristal apareció allí y ella quedó al otro lado de todo.
Se acostumbró,se adaptó a aquella ,sutil barrera artificial.Podía contemplar la vida,escuchaba los sonidos,imaginaba los olores y con algo más de sugestión, podía degustar los sabores,incluso si alguien se acercaba lo suficiente a ella ,podían hasta conversar.


Asi fue como la mujer de cristal y el hombre sentado en el banco de madera se conocieron.
El siempre llegaba a la misma hora,con un periódico bajo el brazo y una bolsita con algo de comida para las palomas del parque.
Al principio no hablaron,cada uno andaba perdido en sus pensamientos,de vez en cuando,aquel hombre que permanecía sentado horas en aquel banco de madera deslustrado,interrumpía la lectura y la observaba con curiosidad.
Ella siempre estaba allí,inmóvil,lógico por otra parte,teniendo en cuenta,que aquella fina cárcel transparente le impedía ir a cualquier otro lugar.

Un día el leyó en voz alta,leyó para ser escuchado,para que ella le escuchase.Muchos otros días siguieron a este,sus palabras dieron un color a aquel cristal insípido ,el rosa de los poemas,el verde de los cuentos,el azul para las novelas...
Más tarde,contó,contaron,compartieron soledades nunca pronunciadas ,de cristal y de banco de madera.

La ausencia apareció primero en sus ojos,más tarde en los silencios ,al fin ,en el banco de madera.
A ella se le achicaron los ojos de tanto escuadriñar cada rincón del parque ,buscándolo.Pasaron días sin que lograra encontrarlo,por fin lo descubrió,tenía mucha gente alrededor,que le escuchaba ,ella siempre supo que él tenía el don de la palabra.

Su mirada de cristal,consiguió que él volviese la cabeza,dió unos pasos hacia ella y levantó la mano en señal de saludo,fué solo un instante,pronto volvió a ser engullido por la gente.

Así supó,que él no volvería a sentarse en aquel banco,junto a ella.Sintió una extraña congoja que le atenazaba la garganta y un mar salado en sus ojos.
Sus lágrimas cálidas resbalaron sobre la fría superficie cristalina dejando a su paso una amplia hendidura,paso su mano por ella , sintio la cálida brisa primaveral,y se decidió a salir totalmente,avanzó por la grieta cada vez mayor y al hacerlo,la mujer de cristal se hizo NADA.

5 comentarios:

esco dijo...

Que bonito es sentirse VIVO cuando alguien te dedica alguna palabra o algún gesto de cariño. Todos deberíamos tener a alguien que nos recuerde lo que valemos para reforzarnos las muchas veces que se nos olvida. Rosa tu vales mogollón!!jejeje. un beso

ralero dijo...

Fabuloso relato, fabuloso.

Un beso.

Elena dijo...

Linda historia de amistad, Dafne. Bss.

Silvestre dijo...

que bien expresado, el eterno dilema. Se ama pero se teme demostrarlo, decirlo, reconocerlo. Temor a perder lo amado.

¿Pero que es amar sino se vive?, ...luego cuando se pierde, ya es tarde, y ese dolor nos impide seguir amando.

rosa_desastre dijo...

Me has hecho sentir la mujer del cristal y me he deslizado para salir de tus letras con la sensacion dulce de un abrazo.
Lindo, lindo
Un beso