miércoles, 15 de abril de 2009

LÁGRIMAS


Cerré el libro y también los ojos.
Las dejé resbalar por mis mejillas, no dolían, no quemaban, eran mis lágrimas ante lo que me es inabarcable ,inalcanzable y muchas veces inexplicable.

-¿Lloras?
-Si.
Surcos al filo de la nostalgia, lágrimas de lo bonito, de la belleza, de lo leído…
Reverencia muda a las letras preciosamente ensartadas, a la invasión de sentimientos, sensaciones y evocaciones que me provocan.

Abracé el libro,en un inconmensurable gesto de amor.
Traté de poseerlo,pero una vez más él me había atrapado a mi y no pude hacer nada, más que dejarme llevar…
y lentamente las dejé fluir.

4 comentarios:

VicentM dijo...

Nos esforzamos en decir que no se agota el libro una vez leído hasta el final. Que escrito escrito está... que la letra es infinita... que dura para siempre... que permanece...

Bah... todo chuflas... que lo cierto es que cuando llegas casi al final, se esfuerza uno en llegar lentamente, sin prisa, con "ritardandando" como en la música, para que lo inevitable, el "fin" llegue lo más tarde posible...

Que sabemos que se acaba y que una vez acabado ya no continúa y nos gusta continuar lo que nos gusta... ¿para qué intentar negar lo evidente?

Y se acaba el libro, la historia... y un abracito... qué menos que tenerlo un rato piel con piel... Y si es realmente bueno... pues con más razón...

ralero dijo...

Bien está llorar así. Ya sabes, la realidad supera siempre a la ficción y las lágrimas reales -aunque sean de gozo- siempre son más amargas.

Abrazos.

Silvestre dijo...

La vida es una librería llena de libros, quedando estantes vacíos pendientes de llenar.

esco dijo...

Los libros siempre tienen más poder sobre nosotros, que nosotros sobre ellos.
Si un libro te hace llorar, seguro que es bueno.