jueves, 2 de abril de 2009

El templo de Mi memoria




A veces escuchamos cosas que nos parecen muy duras. Recuerdo la confesión de alguien que decía haber vivido tantas cosas terribles en su vida y tenerlas tan presentes, que un día al visitar a un antiguo amigo con problemas de alzheimer sintió envidia ."Me cambiaría por él",me dijo.
Me estremecí ,no supe que contestarle y a menudo recuerdo aquel comentario e intento imaginar como de tormentoso hubo de ser su pasado ,para que su presente fuese tan amargo.

Es habitual hablar de nuestros recuerdos, de la memoria buena o mala. Escucho a personas que quieren olvidar, que le gustaría no recordar…
A mi por el contrario me preocupa esto ¿dejar de recordar? No, nunca ni siquiera las experiencias difíciles que todos tenemos. Cada cosa en su sitio,hay que buscarles el rinconcito adecuado, y utilizo el diminutivo de manera intencionada.

Si hay algo maravilloso que tiene el ser humano, son los sentidos para apercibirse de todo, con nuestra vista, con nuestro tacto, con nuestro oído, con nuestro olfato y con nuestro gusto.
Captar la realidad de la manera más completa posible. Despertar nuestros sentidos , para no perdernos nada y después procesar, organizar, estructurar esos recuerdos para poder evocar..

No hay que olvidar…pero no es necesario hacer todo este trabajo de organización con aquello que no nos gusta , nos desagrada o nos hace sufrir ¿para qué?, eso ha sucedido y ahí se queda, en algún lugar, nada más. Memoria selectiva, que juegue a nuestro favor, que nos ayude a superar.

Guardemos nuestras experiencias bonitas ,incluso ,maravillosas que las tenemos.
Cada día podremos evocar , revivir en el sentido más amplio, en el de volver a vivir pormenorizadamente cada detalle, cada aroma cada sonido, cada sabor de aquel instante ,de aquella tarde o de aquel día que tanto nos gustó.

Tú decisión, definirá tu mundo interno, por ello es sorprendente que a veces personas que nos parece que tiene un pasado durísimo, nos cuentan cosas tan bellas de su vida. Ellos decidieron que recuerdos los estimularían a vivir mejor. Otros por el contrario se recrean en su dolor ,marcando sus vivencias presentes y seguramente futuras.

Yo, ahora, cierro los ojos, y paseo por el laberinto de mi memoria , recorro cada estancia repleta de imágenes, sonidos, texturas, aromas, elegidos y guardados casi amorosamente.
Empujo una puerta con un letrero que reza :sucesos recientes, la cruzo sin prisa,me mezó en los recuerdos,sonrio …soy feliz

1 comentario:

ralero dijo...

Entiendo perfectamente ese sentimiento de tu amigo. En el dolor, la memoria selectiva no existe. Yo siempre digo que me gustaría poder despojarme de los recuerdos conservando la memoria. Pero eso tampoco es posible. Es duro, pues. Somos simiente de olvido y querer olvidar antes de tiempo es espantoso.

Un abrazo.