jueves, 29 de julio de 2010

Una historia a tres voces: la Otra

Ya sabes que siempre he deseado tener una chimenea en casa,pero si te digo la verdad cariño,no imaginaba que la inaguraría quemando en ella mis recuerdos más cálidos e inconfensos,una parte de tí, tus palabras impresas en papel,aquellas que solo eran mías.

Las he dispuesto sobre la mesa,agrupadas por años,tus cartas y las mías,las que nunca recibiste,las que nunca envié por ser demasiadao amargas,para que no te asustase tanta soledad y añoranza.Su escritura llenaba mis noches de insomnio,ahuyentaba fantasmas,competía con cuadritos bordados en tardes de domingo y puzzles imposibles de ensamblar.

Una parte importante de mi vida,la incontable ha andado por el fondo de los cajones,escondida en sobres que amarillean,con letras de tinta ya desvahída.Te he vuelto a leer para sentirte más cerca y has alimentado el fuego ,en esta tarde tan fría.

Quien me iba a decir, que hoy terminaríamos encontrándonos,ella y yo,después de tantos años,la he conocido,estaba junto a tí ,al lado de tu féretro,vieja ,muy vieja,y debo decirte que casi me ha alegrado verla así ,ella la viuda oficial,la que ha podido llorarte a pleno día y decir tu nombre entre lamentos,la que recibía las condolencias de los amigos y el abrazo de los hijos que tuvisteis.

El viento me abrazaba a mi,un cierzo que me ha helado el alma ,un frío mortal ,como el tuyo,y también me sentí vieja,fea y sobre todo sola ,terriblemente sola, amor.
Toda una vida...ambos supimos, que nos duraría hasta la muerte.

Esta noche, la vida nos ha dado la misma parte de tí,nada,tu ausencia.

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