martes, 24 de agosto de 2010

Yo la LLamo SOLEDAD




Cargada con sus bolsas de plástico blanco,arrastra su casa con pies cansados,demandando compañía.
Menuda,pequeña,ya casi encorvada,vestida de un negro limpio y un verde gorrito de lana,apenas deja algo de su blanca piel al descubierto, si acaso,una fina carita enmarcada por negros pendientes.

Mil pliegues de mudas arrugas testigos de toda una vida ,surcan su rostro,líneas donde se escribieron;desvelos,trabajo,noches de llanto de niño pequeño..
¿Amor?¿Alegría? quien sabe ,hoy sólo brilla en su mano pequeña, huesuda, una fina alianza,símbolo de otros tiempos.

Busca la anciana en las bolsas,un pedacito de pan,algo que llevarse a una boca ,apenas ya dibujada.Horas y horas mastica y engulle todas sus penas.Ya es pasada media noche ,sigue sin prisa,sin sueños, sentada junto al poeta.

¿Pessoa escucha? nadie lo sabe ,pero ella lo siente como muda compañía y en su brazo recostada,con la mirada pérdida ,sonríe
La gente pasa y la mira ,la contempla sonriente pero nadie osa decirle a esta viejita inocente.

Marca el reloj ,las deshoras y Soledad ya recoge sus escasas pertenencias,alisándose la falda ,retocando ya su gorro.Vuelve su pequeño rostro para mirar al poeta y en un gesto dulce,casi amoroso, toca su mano de broce en gesto de despedida.Buenas noches, le susurra,mañana será otro día.

Mientras miro la escena ,con el corazón encogido,susurro hacia mis adentros,yo te llamo Soledad y tu apellido es Olvido.



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Hay una viejecita que merodea por el café A brasileira,
permanece horas sentada junto a la estatua de Pessoa.
La contemplé mientras meditaba, en la soledad concurrida,
la propia y sobre todo la de ella.
La llame Soledad y me guardé su recuerdo.

3 comentarios:

ralero dijo...

Qué bonito.

Besos.

Angelica dijo...

Lindísima historia, me encanta como la describes, la imagino feliz en sus reflexiones... un saludo...

Elena dijo...

¡que bonito recuerdo!, un besote gordo.