lunes, 23 de agosto de 2010

Crónica de un viaje




Un viaje especial este que hemos hecho a Portugal.Una mezcla de elementos descriptibles y otros no tanto,hacen que pueda definirlo así.
Recorrimos la península con la nube pegada a la parte posterior de nuestro microbús, refrescó el tiempo y nos facilitó indudablemente la estancia.

La primera noche,en Cáceres,ciudad desconocida y ahora apenas conocida,callejuelas mojadas por la tormenta que nos precedió.Guardo en la memoria, adoquines brillantes, húmedos,bañados por la luz amarillenta que ilumina estas piedras y edificios centenarios.Noche de verano,la luna creciendo,la charlas y las risas a media voz de un grupo de turistas que desean ser más que eso, viajeros.La cena magnífica de productos típicos,de ibéricos,gachas y para finalizar, nos sirvieron, el secreto,ahí lo dejo...

Vila Viçosa y Evora, nos esperaban nada más cruzar la frontera.El templo de Diana quedó grabado en mi retina,sus columnas ,la majestuosidad de la piedra,los siglos..siempre asociaré esta ciudad a su templo ,que tanto tiempo estuvo oculto y sobre el que se edificó un matadero.


A las seis de la tarde entrabamos a Lisboa,el Tajo y toda la luz del sol reflejada en él,nos recibían.Cruzar el estuario por el puente 25 de Abril,siempre tan congestionado,impresiona y sólo viene a tus labios unas palabras:LISBOA,ya estamos aquí.

Nuestro hotel,El mundial,cómodo,exquisito,aunque poco estuvimos en él ,lo nuestro era ver,caminar,conocer,saborear,oler...
Esa misma noche,antes de la cena ,paseamos hasta la plaza del comercio para sentarnos a los pies del estuario.

Las cenas,las comidas,de estos días,que decir,pescado,bacalao,patata,quesos,vino verde..y sobre todo, la palabra compartir,no niego que me encanta probar de todo un poco,por ello coincidir con 21 personas que estaban en la misma onda fue delicioso,los platos,pasaban de un lugar a otro para degustar la mayor cantidad de cosas posibles y posible lo hicimos.


En nuestra primera mañana,el barrio alto nos esperaba,y el elevador de Santa Justa nos facilitó el ascenso.Paseamos por un barrio de vida nocturna de establecimientos y bares que abren a partir de las cuatro de la tarde hasta altas horas de la mañana...la consigna fue:”volveremos esta la noche”.



Iniciamos la bajada para sentarnos en el café "a Brasileira",en el barrio de Chiado a tomar un refresco al lado de Pessoa,el poeta ,que mientras tomaba un aguardiente esperaba a su musa,muchas veces sólo provisto de una servilleta usada para escribir,si llegaba.A su lado,una silla que ofrece al viajero, para descansar,pensar,compartir emociones,sentimientos y culturas.

Conocer a Mario fue otra de los momentos importantes de este viaje,quedamos con él a las tres.
Chileno,ciudadano del mundo,periodista y afincado en Portugal,a su lado,callejeamos por rincones insospechados,calles intrincadas y tortuosas,que sin lugar a dudas no hubiéremos encontrado.La tarde pasó rápidamente asomados a miradores,sentados en rincones de fresca vegetación,su voz sedosa...te hacían soñar,imaginar ,pensar...Lisboa señorial,decadente y romántica...

¿¿Y cenar,dónde?? Teníamos una cita en el barrio alto y después visita al "café chino",café o pub, locura de un coleccionista, que llenó las cuatro salas de este enorme establecimiento con vitrinas y colecciones de todo tipo,soldaditos de plomo,cascos de guerra,aviones en miniatura….abigarramiento,naftalina ,copas…y como no,larga velada en sus asientos victorianos.

El jueves era el día marcado para recibir a los caminantes,habían acabado el GR10OLOCAU-PORTUGAL. En la torre Vasco de Gama nos encontramos,portaban ramas de Olivo para el compañero que inicio el camino con ellos y no pudo acabarlo,momento emotivo…después,brindis con Oporto.

Esa tarde ,visita a los Jerónimos,en sus jardines olor a murta, fundiéndose con los aromas que escapaban de la cercana pastelería Belem,había que degustar el exquisito dulce portugués de hojaldre y nata.A lo lejos,la luna aparecía tímidamente por los muros de la torre de Belém .

El viernes,nuestro rumbo era, Sintra.El día estuvo lleno de momentos importantes,los viajeros nos reencontramos con nuestra historia en la sala de los blasones del Palacio Real, descubrir el escudo de los Mendoça, nieta de aquella primera mujer ,Beatriz de Vilaragut,hija del tercer Barón de Olocau que viajó en el s xv a tierras portuguesas.

Para después de la comida,dejamos nuestro baño no dado en el Atlántico.Una niebla espesa ,húmeda, llegó del océano ,nos hizo abrigarnos con toallas y todo lo que llevábamos ,pero aún así ,con los pies dentro de un agua gélida ,vertimos nuestra cálida agua mediterránea, que viajó en una botella de cristal hasta allí,en aquella fría y gruesa arena, mezclamos también la nuestra.
Subimos buscando el sol hasta el cabo de Roca, cantamos nuestro ensayado y casi perfecto, "Grândola Vila Morena".Nos habíamos unido con nuestro entorno.

Nuestra última noche en Portugal,tuvo los momentos más divertidos y también unas vistas sobre el Tajo en el ferry, de enorme belleza.Navegamos entre los dos puentes ,el antiguo puente 25 de abril y el moderno Vasco de gama,asomados a la cubierta,y con la mirada brillante por la luz de la noche.

No queríamos decir adiós a Lisboa,no queríamos volver al hotel,fuimos junto al poeta,allí tomamos el último a café .
Todos creo,recordaremos por mucho tiempo Portugal y la gente que nos acompañó en este viaje.






Cada día sin gozo no fue tuyo:

fue sólo durar en él. Cuanto vivas

sin gozarlo, no vives.

(de las odas de Pessoa)

1 comentario:

Elena dijo...

¡Portuga es bien linda! yo conozco Lisboa y alrededores, tiene un encanto propio. Me alegro hayas disfrutado un montón tus merecidas vacaciones....¡cheeee, como dirías tú ¿qué tal las obras de la casa?¿acabaron?¿siguen?...bss