viernes, 11 de junio de 2010

Los posos de mi café














Llegó por la mañana pronto,como el aroma de mi primer café,ambos andan inexorablemente unidos.El café y Sofí,la heredera de aquel don familiar inherente en algunas mujeres de mi familia,generación tras generación .

Todo empezó cuando el tatarabuelo Enrique volvió de Cuba con aquel baúl precioso, de la mano de aquella hermosa mujer,Elisa.Ella era alegría, fuerza,color,y la dama del café, sabía servirlo, beberlo e interpretar los posos que dejaba en las tazas.

Mi querida tía Sofí, era digna heredera de aquella hermosa cubana,recibió aquel don e incluso su enorme belleza.La recuerdo en la sala que daba al pequeño jardín interior,sentada tras la mesita redonda,mirándonos a todas sus sobrinas, mientras servía en sus finísismas tazas un aromático y denso café.

Elegantemente tocada con pañuelo blanco, sujentando una cascada de rizos negros,los colores brillantes de sus vestidos,los aros dorados en sus orejas y manos.Parecía una reina negra.

¿Cuál de nosotras sería la elegida hoy? Yo anhelaba por motivos muy especiales ,que mirase mi taza, que me adelantase lo que me deparaba el destino.
Escuchaba los latidos de mi corazón ,temía que pudiesen ser oídos por el resto, dada la violencia con la que golpeaban mi pecho,pero la tía parecía seguir un regio ceremonial interno, magistralmente aprendido y en su mirada nada denotaba su elección.

Cinco tazas humeantes sobre las mesilla,el rítmico tintinear de la cucharilla al rozar la porcelana,una atmósfera cálida donde el color marrón era el resultante de la incidencia de la luz solar al atravesar las oscuras cortinas y resbalar sobre el mobiliario de madera antigua.Formabamos parte de un todo a modo de una inmensa taza de café

Apuré el líquido lentamente,llegó el momento esperado ,la tía alargó su fina mano hacia la mesa, y eligió,era mi taza,la movió varias veces,la miró atentamente y la volvió a dejar sobre la brillante superficie acristalada.

Aquella tarde, escuché por primera vez la palabra pasión referida a mi,supe de aquel intenso sentimiento, que marcaría mi existencia.La tía me habló de su irrupción en mi vida,y sonriendo dijo:-no puede ser de otra manera ,mi niña,es lo propio para un temperamento tan apasionado como el tuyo.

Sofí, murió excesivamente joven,dejándonos huerfanas de ilusión y fantasía , con ella ,pareció haberse extinguido aquel don de nuestras mujeres para leer en los posos del café.

Esta mañana, he notado su presencia en la casa,la suya ,que es también la mía ,me he sentido acompañada y he preparado café,intenso,humeante, lo he bebido lentamente, dejando que el líquido inundase mis papilas,lo he notado descender por la garganta y su calor ha mimado mi estómago,maltrecho por el vuelo alocado de las mariposas.

En la tacita, la huella de mis labios en un beso apenas dado,he mirado los posos para adivinar,intuir... hoy precisamente que me quemo en la pasión.

2 comentarios:

Elena dijo...

¡oye, que buen presagio en esos posos!...¿real la historia? se de gente que lo hace...Bss Dafne.

Dafne dijo...

Pues..esta no es real ,pero el tema me encanta.
Besos Elena!