domingo, 25 de abril de 2010

Pepe el Manquillo

















Pepe el Manquillo,se ha aburguesado,si esa palabra existe todavía en esta sociedad y si es así como se les llama a los pobres, que han ascendendido de nivel económico.
Me contaron que Pepe,había hecho grandes negocios en el sector de la construcción,en aquel tiempo no muy lejano ,en el que se vendían pisos como rosquillas,que le fue bien y ahora era un hombre, sino millonario,cosa difícil en la económia del euro,si muy bien situado.
Hace mucho que no lo he visto,seguramente no lo reconocería al cruzarmelo por la calle,su recuerdo quedó atrás, en una niñez cada vez más lejana.

Muchacho larguilucho de pelo rojizo y rizado,con todo un mundo de pecas en la cara.
Vestía un poco a la suya,o a la de sus hermanos,ya que era el menor de una gran prole,que iba pasándose la ropa,a veces sin prevía adaptación.
Sus pantalones eran de una tela indefinida o no identificada por mi,con unas perneras que le llegaban por encima del tobillo,descubriéndonos unos calcetines de exótixos colores;verdes,rojos,a rallas y unas largas zapatillas de tenis azules.

Pepe era ese amigo libre, que a buen seguro muchos de nosotros hemos tenido, que no se incluía dentro de una cuadrilla concreta de niños,se acoplaba a unos u otros según sus días e intereses,pero que estaba a bien con todos.

Más mayor que nosotros ,siempre asumía el mando,o tal vez lo delegabamos voluntariamente en él,no lo recuerdo ya,sobre todo si era Domingo ,entonces, se convertía en enviado de los Hermanos Lumiere,sacaba su Cine -Exim y pasábamos la tarde en el tele-club mirando las imágenes que salían de aquella maquinita color naranja.

En palabras de mi madre,académica de la lengua de la vida con sillón letra L mayúscula ,Pepe se pasaba todo el día a la dula ,o era adjetivado como "vallejero".Yo diría que sabía encotrar huecos para escapar del control familiar ,había en su casa tantos para controlar ,que él disfrutaba de unos horarios más flexibles que los nuestros,para jugar y seguramente para aprender por su cuenta.

Su segunda casa ,la iglesia,allí también tenía una pequeña parcela de poder,el que le permitía el viejo sacristán en cuyas labores ayudaba.
Voltear las campanas,abrir el armario de las casullas del señor cura,beberse el vino, comerse las formas todavía sin consagrar o tocar el viejo armonio, que aprendió a manejar de oídas y por supuesto ayudar a celebrar las misas .

Pepe se investía de poder religioso con aquellos trajes de color rojo y blanco,con olor a iglesia,mezcla de cera e incienso,sus ropas de monaguillo,eso si,siempre dos palmos más cortas de lo debido, que dejaba ver en escalera multicolor, todo el atuendo que llebava debajo y aquellas ya familiares zapatillas azules de tenis.

3 comentarios:

ralero dijo...

Seguro que el "Manquillo" sigue sabiendo vivir la vida.

Besos.

Ps. Y el cuento de la buena pipa, como siempre, es todo tuyo.

esco dijo...

Estas tú muy socióloga últimamente. Seguro, por supuesto más bien, que desde bien pequeño se veía triunfador. UN beso

Elena dijo...

Dicen que quien a buen árbol se arrima...buena sombra le cobija...maybe. Bs Dafne.