domingo, 4 de abril de 2010

La senda del agua

















Iniciar un paseo por la senda del agua,de este pequeño pueblo ,Olocau,es algo más que caminar por un angosto margen, o sobre el borde de una estrecha acequia.
Es un viaje al pasado con reminiscencias muy antiguas,árabes o incluso romanas.
Algibes, balsas,norias familiares, desde siempre la preocupación por recoger,almacenar,canalizar el agua,tan escasa, con la que regar lo pequeños huertos de nos más de cuatro u ocho metros cuadrados,uno queda en toda la huerta de arriba,para recordarnos ,para que no olvidemos,para que pensemos que es posible aún.










Gracias a un lluvioso invierno el agua discurre cantarina por la acequia,incluso llega al barranco,el Alt Carraixet,nadie ha necesitado de ella.


La hierba crece despreocupadamente ,reina de los campos abandonados.Cambios sociales ,escasa rentabilidad,pero sobre todo el abandono de unos valores que habían permanecido arraigados durante generaciones,el cuidado de la tierra,el sentido de pertenencia a ella,son los responsables de la agonía de estos huertos.

No hay sonido humano ,ni mecánico que irrumpa el lento devenir de la naturaleza,nadie ara,ni cultiva,los hombres no gritan por los campos,sólo los sonidos del silencio.

Haciendo equilibrios sobre la pared de la acequia,avanzo.Rebasé la balsa de la Mara,en otros tiempos utilizada para amerar el cáñamo.
Enormes lidoneros,todavía desnudos,custodian las margenes del camino.No esperan la llegada de los niños como antaño al salir de la escuela,buscando provisiones de su fruto que lanzados por cañas vacías,al estilo de las cervatanas indias,eran elementos importantes en las batallas de la chiquillería.












Quietud del agua, el barranco y sus pozas rebosantes ,el Toll de Filasa,el de la Pinaeta,el Verd,ignoradas,olvidadas piscinas naturales de otras tardes,de otros años,de aquellos niños que hoy, ya mayores añoran.

Las cañas,se han adueñado del cauce,perdieron su utilidad,su rentabilidad, nadie las necesita para hacer las barracas del de tomatar ,no hay matas de judías, que emparrar ni uvas pasas o higos que secar en aquellos grandes cañizos.

Cañas protegidas,que crecen a su antojo.

Un solitario membrillero roza mi mano al pasar, para llamar mi atención.Su fruto apreciado en los postres o meriendas,de las tardes sin dulzuras plastificadas,ni grandes superficies que las dispensaran.












Los cerezos,colorean también las huertas silenciosas.Quien sabe si mostrando por última vez sus flores,en una lenta agonía,la de los árboles pérdidos,abandonados a su suerte.
Antes de acabar el paseo ,volví la vista atrás, allí estaba el,El PIPA,junto a su perrita ,inmóviles posaron ante el objetivo de mi cámara,después avanzó hacia mi,me enseñó su bolsa de espárragos medio vacía y dijo:ya no queda nada.

4 comentarios:

ralero dijo...

Lástima que el concepto de rentabilidad que se maneja actualmente sea tan aberrante y, por interesado, sesgado.

Abrazos.

esco dijo...

Che tu Olocau city, maravilla del Túria, orgullo de alguna amiga nuestra, jejeje. A veces no apreciamos las cosas que tenemos cerca, deberíamos caminar más y utilizar menos el coche sin duda. Por cierto, ¿aun tienes agujetas?

macuera dijo...

Ibamos a ir este sábado, no? Ya confirmas guía!

Anónimo dijo...

el agua dulce me flipa
Larrey