martes, 4 de agosto de 2009

El BAÚL que vino de CUBA


Los ví el otro día en una de esas miradas generales que se les da a las cosas, allí estaban encima de la estantería, los libros antiguos.

Hoy he vuelto a mirarlos y encaramándome sobre la silla los he bajado.Datan de 1904 y 1913 y en uno de ellos veo en la tapa ,el nombre de mi tío mayor.
Libros recuperados hace muchos años de aquel baúl que descansaba en la sala.

Era un baúl de madera con apliques de metal ,que yo verano tras verano escudriñaba , al abrilo,me sentía abocada a un abismo, me parecía estar viajando al pasado, a la vida y a los recuerdos de otras gentes de mi familia a las que yo nunca conocí.

Apoyaba mi pecho contra el borde de metal que a mi ,y sobre todo a mi madre, le parecía afilado y siempre me advertía ,que la parte superior me podía dar en la cabeza, por eso yo temía a aquella tapa y la sujetaba con la mano para evitar que se cerrase golpeándome, claro ,que eso sólo me dejaba una mano libre para indagar ,para disfrutar.

El baúl tras su duro caparazón encerraba un interior cálido, totalmente forrado con papel que en algún tiempo hubo de ser blanco aunque ya amarilleaba, decorado con finas rallas negras,en la que rezaba el nombre del propietario:
Enrique Marín .
Año1888
Era el nombre del Bisabuelo, el que anduvo por Cuba.
En la parte superior, unas tapitas de madera , cerraban unos pequeños cajoncitos, vacíos, pero que a mi me parecía que bien hubiesen podido servir para guardar algún tesoro.
Revolvía una y otra vez las cosas que había en su interior, alguna prenda antigua de ropa, y los libros, los sacaba , los leía y volvía a meterlos dentro. Yo sabía que aquello no me pertenecía, que solo debía mirarlos y luego volverlos al sitio.

El contenido de aquel baúl , igual que otros elementos de la casa que llamaban mi atención, como la colección de almideces de metal que brillaban sobre la chimenea, la artesa de madera que había en una habitación, un caballito de cerámica blanca con manchitas negras, que había en una estantería, no pertenecían a nadie en concreto y si a todos los miembros de la familia ,eran cosas que nunca se habían repartido en la herencia, y yo podía disfrutar en la casa en la que vivía todos los veranos.

Pasado el tiempo de la siesta , en la que se suponía que había dormido en aquella cama de hierro de la habitación de la sala, cerraba aquel mundo, hasta otro momento de tranquilidad.
Año tras año, volvía a abrir el baúl de los sueños ,hasta que un verano ,antes de partir ,decidí coger aquellos dos libritos, que ya hace treinta años me parecieron un tesoro de letra manuscrita en los que nos enseñaban a escribir todos tipo de cartas personales .

Conocí a Genoveva, que vivía en Játiva y escribía a su amiga un 15 de Mayo de 1904 contándole que su papá había comprado una Alquería y la invitaba a visitarla.

Pedro escribía a su antiguo maestro de escuela ,al que decía querer de todo corazón , le echaba de menos , aunque en su nuevo pueblo, también hay un buen maestro y hace todo lo que puede para que no le castigue.

Y la pobre Margarita que por faltar a la cita de amigas, se entera por la carta de Nieves , que Pepita les llevo ayer un picado de puntilla con bolillos precioso, que aprovechará para hacer un vestido a la muñeca. Tan molesta por la ausencia está, que no se lo dejará hasta que no se disculpe.


Más contento estaba Roque que pasó una tarde festiva en Paterna, jugando al escondite ,a la pelota y a la gallinita ciega. Para refrescar comieron naranjas del huerto de un amigo que estaban muy ricas…
¿Qué tiempos aquellos de inicios del siglo XX.

A través de aquellas cartas yo vivía pequeñas historias de padres, hijos, amigos, abuelitos tíos...
El libro viajó conmigo en el espacio y en el tiempo. Hoy he vuelto a releerlo ,a recordar aquellos almideces y el baúl del “Bisa”,Enrique.

En la sala de mi tía Ali, la pequeña de los hermanos, descansa el baúl con espíritu viajero . Cuando lo ví ,hace unos años, restaurado, no me pareció tan grande, pero si igual de bonito e intrigante.

Que tengo dos libritos antiquísimos que estaban dentro de él, sigue siendo mi secreto.

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