miércoles, 23 de marzo de 2011













E

3 comentarios:

El intimista secreto dijo...

Las casas en ruinas ejercen una fascinación especial cuando uno es niño, son como el escenario perfecto donde recrear nuestras tiernas imaginaciones: aquí pasó esto o lo otro, ocurrió una desgracia, se dice que hay un fantasma...
Como siempre una magnífica descripción de tus recuerdos. ¿Ya no eres grafitera?, ja, ja.
Besos.

coeliquore dijo...

Es bonita la descripición de tu niñez. Me asombra también que tengas recuerdos tan nítidos. Pero los agradezco, ya que a mí me han traído también los míos.
Es mágico ese nombre,"El Casar", tiene mucho encanto.

Elena dijo...

Bonito relato sacado del baúl de los recuerdos....¿qué tendrán las ruinas cuando somos niños?...ayysss, un besote.