
Hace unos días, me pidió una amiga si la podía ayudar en sus investigaciones,está intentando recoger testimonios sonoros , recuerdos de las pocas personas que todavía quedan de aquellas fechas, que son objeto de su estudio. Fotos, enseres, en definitiva información.
Tenía tiempo y decidí ayudar un poco, pero en esa mañana , mientras buscaba, e iba de casa en casa de algunos particulares que yo sabía que podian ayudarnos,pensaba: mira que no haber ni un triste archivo de la época, nada, el más grande de los eriales se extiende a nuestro alrededor.
Afortunadamente hoy, en la soledad y quietud de sus despacho ahí esta él, el cuidador de historias extrayéndolas del mundanal ruido, de nuestra prisa, recuperándolas de nuestro olvido.
Las selecciona, ordena clasifica ,y las guarda con mimo ,para cuando necesitemos de ellas, nosotros o nuestros descendientes.
Documentos privados o públicos, personajes de relevancia política, económica, cultural o personajes del pueblo, sabios de la vida sencilla.
Fotografías de esculturas, de exposiciones pictóricas , paisajes urbanos ,tejados calles, árboles y coches cubiertos por una gran nevada que pudo ser atípica para las fechas , seguramente sería la de la luna de octubre que popularmente se dice ,que siete lunas cubre, noches de eclipse de una luna …
Voluntades públicas, plenarios llenos de vida, de ejercicio democrático, expedientes de construcciones, electrificaciones ,de nuevas mejoras en el alcantarillado, en definitiva decisiones que hacen vida ,que seguramente la mejoran .
Decisiones que después juzgaremos como erróneas o acertadas quedarán impresas.
Fondos documentales de archivos privados, últimas voluntades, repartos de bienes e ilusiones familiares,
El archivero, con guante y bata blanca, para no dejar siquiera su huella, fiel guardián objetivo de realidades. En el sótano o semisótano preserva retazos de nuestra existencia y por ironías del oficio,él ,el encargado de que no nos olvidemos de nuestra historia antigua y reciente, permanece muchas veces olvidado de todos, echándole de menos cuando se nos ocurre mirar atrás y no encontramos vestigios de esa trozo de historia local que nos pertenece ,que perteneció a nuestros padres ,abuelos o bisabuelos.
Se llevaron sus secretos, no hubo nadie que guardase, en definitiva , no hubo archivo ni archivero.